domingo, 10 de junio de 2018

Señales antes del fin...

Vivimos en una calma aparente donde nos hemos acostumbrado a la existencia de conflictos de toda naturaleza, ese acostumbramiento nos lleva a creer que lo anormal es normal; aceptamos con normalñidad las disputas entre naciones, aceptamos como normal que, esos conflictos promuevan miles y miles de refugiados, seres humanos que se vieron obligados a poner en riesgo sus vidas y las de sus seres queridos huyendo de los horrores de la guerra.
Aceptamos como normal el que, algunos tengan mas de lo que necesitan y a otros les falte lo esencial; aceptamos como normal la corrupción en todos los planos porque aceptamos que la misma es inherente al ser humano; aceptamos como normal la pobreza, la desigualdad.
Aceptamos como normal el egoísmo, la envidia, la ambición desmesurada y todos los desvíos que, a cada uno se le pueda ocurrir simplemente porque hemos "normalizado" lo anormal y, esta normalización es una de las señales que indefectiblemente nos acercamos a los tiempos finales.
En nuestra desmesurada ambición por satisfacer todos nuestros deseos, antojos y caprichos hemos degradado al ser humano a su mínima expresión sin darnos cuenta de nuestra propia degradación, hemos degradado nuestra Madre Naturaleza en todos sus órdenes y con ello nuestro sustento y nuestras posibilidades de supervivencia.
El mal llamado Rey de la Creación se fue convirtiendo en un cruel tirano y a la vez en esclavo de su propia tiranía porque altero el Orden Natural de las cosas; hace muchos años dije y, es oportuno recordarlo, lo siguiente:
"Estamos viviendo el tiempo donde la Realidad a sido suplantada por el antojo y el capricho del hombre.
El ser creado para conservar y progresar el orden natural, se a convertido en el destructor y aniquilador de la vida toda.
Se ha olvidado el Propósito.
Se ha perdido la Palabra.
Se ha borrado el Camino.
Y todo el quehacer se desarrolla en el gran ámbito de la esperanza de un buen negocio o de un milagro"
Hoy la humanidad está inmersa en una profunda crisis que no es económica, ni política ni religiosa; es una crisis espiritual que está perfectamente fundamentada en el párrafo anterior.
El ser humano perdió la memoria de su Origen Cósmico-Divino donde las fuerzas y energías oscuras cumplieron y cumplen su cometido de agregar más confusión donde ya la hay, más ignorancia y ceguera, en una palabra una mayor oscuridad y al mismo tiempo a establecido el tiempo de la inmediatez en todos los planos.
Las señales antes del fin son muchas, diría que demasiadas, lo vemos en la reacción de la naturaleza en todos sus ámbitos, lo vemos en los pueblos donde vemos crecer la semilla de la rebelión y la resistencia, muchos esperan la caída de un meteorito, otros una guerra nuclear y otros un cataclismo natural, más es probable que todo suceda al mismo tiempo recordando la frase que está escrita en la Biblia: "Cuando nadie lo espere vendrá como el ladrón en la noche..."
Mis saludos de Paz y de amor para con vosotros.