miércoles, 13 de mayo de 2009

RELATOS DE DERVICHES...

El candelabro de hierro

Había una vez una pobre viuda que estaba mirando por la ventana de su casa, cuando vió acercarse por el camino a un humilde derviche. Parecía cansado más allá de lo soportable, y su manto de parches estaba cubierto de mugre. Era evidente que necesitaba ayuda.-

La mujer corrió hacia la calle y exclamó: -Noble derviche, sé que tú eres uno de los Elegidos, pero debe haber ocasiones en que aun personas tan insignificantes como yo puedan ser útiles a los Buscadores. Ven y descansa en mi casa; pues, ¿no se dice acaso: "Quien ayude a los amigos, será ayudado, y quien los perjudique encontrará obstáculos, aunque no se sabe cómo y cuándo esto sucederá?".-

-Gracias, buena mujer -dijo el derviche, y entró en la casita, donde, después de unos pocos días de descanso, quedó restablecido.-

Ahora bien, ella tenía un hijo llamado Abdullah, que había tenido pocas oportunidades para progresar, porque había pasado la mayor parte de su existencia cortando leña para vender en el mercado local, y no pudo ampliar sus experiencias de la vida de modo tal que lo capacitaran para ayudarse a sí mismo o ayudar a su madre.-

El derviche le dijo: -Hijo mío, soy un hombre de conocimientos, aunque parezca desamparado. Ven, sé mi compañero y compartiré contigo grandes oportunidades, si tu madre está de acuerdo.-

La madre, más que contenta, consintió en que su hijo viajase con el sabio, y ambos se pusieron en camino.-

Luego de haber recorrido muchos países y haber soportado muchas cosas, el derviche dijo: -Abdullah, hemos llegado al fin de un camino. Yo efectuaré ciertos rituales que, de recibir favorable acogida, harán que la tierra se abra y revele una cosa. Algo así le es concedido a pocos hombres. Se trata de un tesoro escondido aquí desde hace muchos años. ¿Tienes miedo?.-

Abdullah aceptó probar y juró constancia, a despecho de lo que pudiera suceder.-

Entonces el derviche ejecutó ciertos extraños movimientos y murmuró muchos sonidos, a los que Abdullah se asoció. Y la tierra se abrió.-

El derviche dijo: -Ahora, Abdullah, escucha cuidadosamente, prestando tu entera atención. Tienes que bajar a la bóveda que aquí vemos. Tu tarea es apoderarte de un candelabro de hierro. Antes de llegar a él, verás tesoros que pocas veces han sido revelados a hombre alguno. Ignóralos, pues sólo el candelabro es tu meta y único objetivo. Tan pronto lo encuentres, tráelo aquí.-

Abdullah bajó a la bóveda de los tesoros y efectivamente había allí tantas joyas resplandecientes, tantos platos de oro, tantos tesoros asombrosos, imposibles de describir porque no existen palabras para ello, que quedó completamente aturdido. Olvidando las palabras del derviche, cargó sus brazos con las piezas más relucientes que pudo ver.-

Y fue entonces cuando vió el candelabro. Pensando que podría llevárselo al derviche y ocultar en sus amplias mangas suficiente oro para sí, lo tomó y volvió a subir los escalones que conducían a la superficie. Pero, cuando salió de la cueva, vio que estaba cerca de la casa de su madre, y que el derviche había desaparecido.-

Tan pronto como trató de mostrar a su madre su oro y ornamentos, éstos parecieron fundirse y desaparecieron. Sólo quedó el candelabro. Abdullah lo examinó. Tenía doce brazos y él encendió una vela en uno de ellos. De pronto pareció surgir una figura semejante a un derviche. La aparición giró un poco, luego puso una pequeña moneda en el suelo y se esfumó nuevamente.-

Entonces Abdullah encendió las doce velas; doce derviches se materializaron, moviéndose rítmicamente durante una hora, y antes de esfumarse le arrojaron doce monedas.-

Cuando se recuperaron de su asombro, Abdullah y su madre se dieron cuenta de que podrían vivir bastante bien con lo que les producía el candelabro, pues descubrieron que podían obtener diariamente doce monedas de plata por medio de "la danza de los derviches". Pero pronto Abdullah pensó en las incalculables riquezas que había visto en la caverna subterránea, y decidió ir a ver si no podría tener otra oportunidad de conseguirse una verdadera fortuna.-

Buscó y buscó, mas no pudo encontrar el lugar donde estaba la entrada de la caverna. Ahora, sin embargo, ya vivía obsesionado con el deseo de hacerse rico. Se puso en camino y viajó por el mundo, hasta llegar a un palacio que era el hogar del pobre derviche al que un día su madre había encontrado casi desplomándose cerca de su casa.-

Esta búsqueda le llevó muchos meses, y Abdullah se alegró cuando lo condujeron ante el derviche, que estaba vestido como un rey y rodeado por una gran cantidad de discípulos.-

-Ahora, ¡desagradecido! -dijo el derviche- te enseñaré lo que el candelabro realmente puede hacer.-

Tomó un palo y golpeó al candelabro y, acto seguido, cada uno de sus brazos se convirtió en un tesoro más estupendo que todo lo que el muchacho había visto en la cueva. El derviche hizo que el oro, la plata y las joyas fuesen retirados, para ser distribuidos entre personas meritorias. Y de pronto el candelabro estaba allí, como antes, listo para ser usado de nuevo.-

-Ahora -dijo el derviche- ya que no se puede confiar en que hagas las cosas correctamente, y porque has traicionado la confianza puesta en tí, debes dejarme. Pero, puesto que al menos has devuelto el candelabro, puedes llevarte un camello y una carga de oro para tí.-

Abdullah pasó la noche en el palacio y por la mañana tuvo la oportunidad de ocultar el candelabro en la montura del camello. Tan pronto como llegó a su casa, encendió las velas y lo golpeó con un palo.-

Pero aún no había aprendido cómo se efectuaba la magia, pues en lugar de tomar el palo con su mano derecha, usó la izquierda. Los doce derviches aparecieron inmediatamente, recogieron el oro y las joyas, ensillaron el camello, se apoderaron del candelabro y desaparecieron. Y Abdullah se encontró peor que antes, porque le quedaba el recuerdo de su incapacidad, de su ingratitud, de su robo y el de haber estado cerca de la riqueza.-

Nunca más tuvo otra oportunidad, y su mente no volvió a estar totalmente tranquila.-

PARA REFLEXIONAR Y MEDITAR...

Cuando un espíritu es abandonado a su condición primordial no modificada, el Saber resplandece.-
Cuando esa condición se mantiene, con una calma comparable al oleaje uniforme de un río apacible, se alcanza el Saber en toda su plenitud.-

EL VIAJE INTERIOR...

El Maithuna o yoga del amor

En todo el subcontinente indio, el símbolo más extendido, reproducido en decenas de millones de ejemplares, sigue siendo el linga (falo) introduciéndose en un yoni (vulva) o inclinándose sobre éste. En efecto, los hinduistas han tenido siempre un enorme respeto por el órgano creador y su matriz, fuentes de vida. Ello dio origen a una erótica mística, ampliamente representada en la estatuaria de los templos tales como Kajhurao, en la iconografía, y en muchos textos, como la gesta de Krishna, donde el dios inicia a las jóvenes adoradoras, las gopís, al amor divino, pasando para esto por el amor lúdico que sus deseos y pasiones esperan primeramente de él. En la gesta de Krishna, uno de los capítulos narra "la caída de la elegida". En efecto, Krishna privilegia por un tiempo a una de esas encantadoras gopís:
"Gozó de la dicha con la gopí que había traído, a pesar de que él encuentre en sí mismo su dicha y su alborozo, aun cuando él sea impasible, con el objeto de mostrar hasta dónde se rebajan los amantes (kámin), hasta dónde hacen llegar las mujeres (stri) la perversidad.-
Y esa gopí, juzgándose entonces la más hermosa de todas las mujeres, se dijo: Él ha abandonado a las otras gopís que lo adoran y es a mí a quien ama el Bienamado. Habiendo llegado a un cierto lugar del bosque, dijo ella con orgullo a Keshava (Krishna): 'No tengo fuerzas para andar, llévame adónde quieras'. Ante estas palabras, el Bienaventurado respondió a su bienamada: 'Sube a mis hombros'. Entonces Krishna desapareció, y la esposa se entregó a su dolor".-
Moraleja de la historia: la gopi permaneció en el mundo de las dualidades; su orgullo le impidió fundirse con lo divino; a pesar de su fortuna, no percibió sino el aspecto más ruinmente material y egoísta del amor. Así pues, el dios recupera su forma esencial, la de la vacuidad. Se eclipsa.-
El hinduismo supo exaltar la unión sexual dentro y fuera de la pareja, a condición de que ambos compañeros no vieran ya en sí mismos y en sus retozos sino el juego de energías fundamentales, divinas en su esencia; el acto de amor reproduce entonces el proceso inicial de la creación del universo, pues es el principio varonil que se une a su complemento, la shakti, principio femenino. El trantrismo creó una serie de ritos sexuales fundados en esta significación de la unión mística de los contrarios, ritos codificados y cuyo objeto final era, sin duda, la fusión indistinta por el despertar de la Kundalini atravesando todos los chakras, desde el inferior (el mundo de la materia) hasta el superior (el mundo espiritual), simbolizado por el Loto de los mil pétalos.-
El discípulo debe entonces "experimentar continuamente el misterioso proceso de homologación y convergencia que está en la base de la manifestación cósmica, pues él mismo se ha vuelto ahora un microcosmo y debe 'despertar', para tomar conciencia de ello, todas esas fuerzas que en múltiples niveles crean y reabsorben los cosmos".-
Toda mujer desnuda encarna la prakrti. Se deberá pues mirarla con la misma admiración y el desprendimiento que se pone en considerar el insondable secreto de la Naturaleza; su ilimitada capacidad de creación. La desnudez ritual de la yogini tiene un valor místico intrínseco: si ante la mujer desnuda, uno no descubre en lo más profundo de su ser la misma emoción grandiosa que se siente ante la revelación del Misterio cósmico, no hay rito, no hay más que un acto profano, con todas las consecuencias que se conocen (consolidación de la cadena kármica, etc.). La segunda etapa consiste en la transformación de la Mujer-prakrti en encarnación de la shakti; la compañera del rito se vuelve una Diosa, así como el yogui debe encarnar al Dios.-
Solo entonces puede sobrevenir "la gran dicha suprema", el descubrimiento de la Unidad inherente a los dos seres, la integración de los principios en la vacuidad original, preexistente. Ello requiere de los adeptos un dominio de los sentidos y una manera de considerar la voluptuosidad que está muy lejos del goce primario.-
En la Náyiká-Sádhaná-Tiká ("Comentarios sobre la disciplina espiritual en compañía de la mujer"), el ceremonial está descripto en todos sus detalles. Comprende ocho partes, comenzando por el sádhaná, concentración mística con ayuda de fórmulas litúrgicas; le sigue smarana ("el recuerdo, la penetración entre las conciencias"), áropa ("la contribución de otras cualidades al objeto"), en la cual se ofrecen ceremonialmente flores a náyiká (quien comienza a transformarse en diosa); manan ("recordar la belleza de la mujer cuando está ausente"), que ya es una interiorización del ritual. En la quinta etapa, dhyána ("meditación mística") la mujer se sienta a la izquierda del devoto y es abrazada "de manera que el espíritu se inspire".-
Luego viene la unión erótica, transfisiológica y transpsíquica, donde el hombre y la mujer incorporan su condición divina al acto, el que puede y debe durar largo tiempo y tomar todas las formas que plazca a los amantes. La mujer da su goce al hombre quien le da su fuerza, dirigida a ella, pero no su eyaculación. Los textos insisten en el hecho de que "aquel que ha inmovilizado el sí de su espíritu por la identidad de goce en el estado de lo Innato se vuelve instantáneamente un mago; no teme a la vejez ni a la muerte. Si se afirma una sólida cerradura en la puerta de entrada del hálito vital, si en esta terrible oscuridad uno hace del espíritu una lámpara, si la joya del jina toca allá arriba el cielo supremo, Kánha lo dijo: "Uno alcanza el nirvana gozando de la existencia".-
Sólo entonces el samsara (mundo de los fenómenos, proceso cósmico) y el nivritti (vacío absoluto, detención de todo proceso), esos pares contrarios, aparentemente contradictorios, antagónicos, son unificados, y los adeptos pueden percibir que la naturaleza última del mundo fenoménico es idéntica a la del mundo metafísico: el acto concreto se funde no ya en el absoluto, sino que existe siempre en él. Se alcanza el estado de no dualidad primordial; vida y muerte se mezclan, como en todo momento, pero aquí en plena conciencia.-
Esta forma de iniciación reclamaba, y reclama siempre, de quienes tienen el mérito y el respeto de probarla, mucha concentración, atención al otro y amor a la criatura; aún si estos esfuerzos no son coronados por el éxito todas las veces, ante todo importa el encaminamiento, la conciencia del acto de amor así glorificado. Las revelaciones seguirán paso a paso, y cada gesto erótico tomará un nuevo sentido, una riqueza inaudita.-

CONJUROS, RITUALES Y MAGIA BLANCA...

EL AMULETO DE LA PASIÓN

Este amuleto invoca al espíritu del fuego que es el que alimenta la atracción sexual de la pareja. Confeccione una bolsa de seda de color rojo y colóquele un puñado de granos de pimienta negra, una hoja de laurel y un algodón al que perfumará con aceite de musk, tres gotas de su perfume y tres gotas del perfume de su pareja.-
Entierre la bolsita en una maceta y luego, siembre en ella una planta de ruda.-

HIERBAS EXCITANTES

Existe una gran variedad de hierbas que estimulan el erotismo y se utilizan, tanto para condimentar las comidas, como para preparar infusiones.-
Para potenciar las propiedades afrodisíacas de cada una de estas plantas, deberá proceder a secarlas si es que usted mismo las recoge, cuidando de no exponerlas directamente a la luz solar. En caso contrario, las puede adquirir ya disecadas. Luego, deberá guardarlas en frascos de vidrio heméticamente cerrados.-
INFUSIONES CONDIMENTOS
MUÉRDAGO ALBAHACA
VALERIANA CILANTRO
GINSENG AZAFRÁN
ALMIZCLEÑA