miércoles, 8 de abril de 2009

EL VIAJE INTERIOR...


El baño lustral

El agua es un elemento de purificación admirable; lava el cuerpo, lava el espíritu, y no hay nada de sorprendente en que los cristianos la hayan escogido para el bautismo, así como la mayoría de las religiones la privilegian en sus ritos de purificación.-
Ya sea que uno se lave la punta de la nariz, tome un baño o una ducha, hay que procurar hacerlo dentro de esta significación y no como un gesto automático agradable.-
Después de haberse lavado las manos y el rostro, coger agua fría en el hueco de las palmas y rociarse la cara. No cerrar los ojos hasta que las manos llegan al rostro. Repetir este movimiento cinco veces. Es un rito, un acto de concentración que hace bien.-
En el Japón, en los ofuros o baños tradicionales, uno se lava totalmente sobre el embaldosado con la ayuda de jofainas y grifos dispuestos para ello, y sólo entonces se sumerge, limpio, en el estanque colectivo; ciertamente, de este modo se aprecia más el baño al gozar de su poder revitalizador y de la magia del agua sobre el cuerpo. Hacer lo mismo sin instalaciones apropiadas no acabaría sino en inundaciones, pero es posible tomar conciencia de que el baño es un contacto con un elemento, el agua, que compone más del 70% de nuestro cuerpo y sin el cual ninguna vida existiría bajo las formas en que nosotros la conocemos.-
El baño también es el sitio ideal para estirar el cuerpo y efectuar los ejercicios de respiración de manera más suelta y libre. Además, allí hay que masajearse los pies, dedo por dedo, lentamente, terminando con un pellizco en la punta de cada uña. Igualmente para los dedos de las manos, que hay que sobar entre dos dedos de la otra mano, uno por uno, desde el nacimiento hasta el extremo. La mayoría de los meridianos de acupuntura se terminan en las extremidades, así pues esto es un masaje excelente para la salud. Tomarse su tiempo. Masajearse también la nuca hasta los hombros, luego recorrer los brazos y los antebrazos frotándolos.-
En la ducha, dejar correr el agua largo rato sobre el cuerpo y masajear con su corro las partes sexuales, riñones, columna, estómago y plexo solar. Estamos por supuesto muy lejos de esas maravillosas fotos en las que se ve a los saddhus hindues hacer abluciones y plegarias en las corrientes de agua, pero es preciso saber adaptarse y aprovechar lo que se tiene.-
Amar el agua.-

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