miércoles, 6 de mayo de 2009

EL VIAJE INTERIOR...


Las cuatro fuentes de aflicción y los ocho grados de liberación

La ignorancia del hombre y su sufrimiento se manifiestan en cuatro comportamientos interiores que marcan toda su vida:
- El mezquino sentimiento de individualidad o ego: Esta identificación preside todos los actos, y engendra egoísmo, infatuación frente al éxito ("soy poderoso", "soy inteligente", "he triunfado", etc.) y abatimiento frente al fracaso ("he fallado", "estoy enfermo", "estoy condenado", etc.);
- el apego, aspecto de la ignorancia que consiste en identificarse a las experiencias de placer, se forma a consecuencia del recuerdo de los objetos que procuran impresiones agradables;
- la aversión, aspecto de la ignorancia que consiste en complacerse en los estados miserables, se produce a consecuencia del recuerdo de las experiencias penosas. Provoca el deseo de oponerse, de resistir, de vengarse;
- el miedo a la muerte, o tendencia de aferrarse a la vida, que nos conduce a la primera etapa: uno se agarra a su yo como a una boya de salvamento en medio de un mar agitado, uno rechaza el miedo a la muerte, se pierde en la ilusión para olvidarla, en lugar de aceptarla y vivir desarrollando su persona, al tiempo que ayuda a la humanidad a evolucionar en sentido ascendente.-
Según Patanjali, existen ocho partes esenciales del yoga, que se relacionan entre sí y conducen a la liberación:
- Los refrenamientos: yama.-
- Las observancias: niyama.-
- Las posturas: asana,
- el control de la energía vital: pranayama,
- la concentración de los sentidos: pratyárára,
- la concentración mental: dháraná,
- la meditación profunda: dhyana,
- el recogimiento perfecto: samádhi.-

Los refrenamientos implican cinco actitudes

- No querer inflingir ningún mal a ningún ser viviente; respeto a la vida bajo todas sus formas.-
- No apartarse de la verdad: acordar sus actos con sus palabras y pensamientos, comprender que el mayor bien es el de todos y no el egoísmo personal. Honestidad y sinceridad para consigo y con los demás.-
- No apropiarse ilegalmente de lo que no les pertenece; así pues, no robar, pero tampoco codiciar.-
- La continencia, que no significa abstención sexual sino dominio de sí, respecto al acto del amor y preservación de la energía sexual, que no debe ser dilapidada sino utilizada con fines más elevados que el simple acto animal. Volveremos a hablar sobre esto en el yoga del amor o maithuna.-
- no ser posesivo: el apego a los objetos y a las personas señala siempre una actitud egoísta y esconde un miedo. Hay que amar para el prójimo, no para sí, y desarrollar su generosidad.-
Estas cinco actitudes atañen a las relaciones del hombre con el medio que lo rodea. Otras tantas conciernen al individuo mismo.-

Las cinco observancias

- La purificación del cuerpo debe seguir una higiene estricta a fin de permanecer en buena salud y mantener una conciencia clara. El aseo corporal debe unirse a la dietética alimentaria: cuidar lo que se come con arreglo a lo que se tenga que hacer, conocer el valor de los alimentos, jamás llenar el estómago hasta la saciedad. Los yoguis añaden a esto ciertos procedimientos de limpieza interna (netti: fosas nasales limpiadas con un hilo y agua, lavativas, etc.). Todo ello para estar en plena posesión de sus medios y no hallarse entorpecidos por materia inútil.-
- El consentimiento: apreciar lo que se tiene, lo que sucede a su alrededor, permanecer sereno, no seguir todos los deseos que se presentan ilimitadamente, no dejarse afectar por las situaciones, conservar el equilibrio interior cualquiera sean los imprevistos, las contrariedades o el placer, no estar a merced de las oleadas de emociones.-
- Todo esto implica evidentemente un esfuerzo sobre y una gran determinación, resistencia y perseverancia.-
- El estudio de los textos sagrados y las enseñanzas de los sabios gurús, que son otros tantos ejemplos para meditar. El estudio y la comprensión de la meditación bajo sus diversas formas.-
- La ofrenda a Dios: vivir y practicar todos estos preceptos no para sí sino para algo que está en nosotros y que nos excede. Permanecer humilde y no forjarse un sentimiento de superioridad por la práctica del yoga. Pero humilde no quiere ser pasivo.-

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