domingo, 15 de marzo de 2009

EL VIAJE INTERIOR...

MI PASADO FORMA MI PRESENTE

De este modo, si mi pasado se repite indefinidamente siguiendo los mismos esquemas culturales, si lo que constituye mi discrepancia se aplasta al contacto con la máquina del sistema y sus microsistemas, si el tiempo avanza pero la energía interior gira en círculo, ¿Qué ocurre? El pasado ya no alimenta a mi ser de forma constructiva, el movimiento se vuelve agitación, el pensamiento se transforma en una serie de lugares comunes y falsos problemas; la emotividad aumenta, el pensamiento se solidifica sobre detalles y luego se deshilacha, la simple realidad es percibida como una montaña, una infinita sucesión de montañas, el sistema nervioso se tensa, el sistema fisiológico se desordena, y de modo análogo todo lo demás…

La vida se convierte en un inmenso problema percibido entre las anteojeras de protección. El hombre enfermo proyecta un mundo cada vez más enfermo. Sus sentidos saturados no ven, no huelen, no escuchan más que, según unos criterios que él cree escoger, pero que de hecho le son impuestos desde el exterior. A menudo el embrutecimiento tiene algo de casa de reposo. ¿A quién se vuelve a encontrar? ¿A un autómata a medias humano, tembloroso y tele-comandado? Y la consumición de píldoras, tranquilizantes, excitantes, esas camisas químicas, progresa en forma inquietante año tras año.-

La violencia acrecienta su dominio sobre las conciencias y el miedo hacia lo incierto se extiende insidiosamente en los espíritus. Una simple interrupción general en el suministro de energía eléctrica basta para mostrar la fragilidad de nuestra civilización, mortal como cualquier otra. No se trata aquí de erigirnos en censores; toda época debe ser interesante de vivir, y a nosotros nos ha tocado en suerte estar presentes en un vuelco de la historia; pero es preciso permanecer lúcidos, conscientes de los límites del sistema. Todo el mundo sueña con la felicidad. No obstante, ninguna sociedad se halla en condiciones de dárnosla, porque nosotros mismos no sabemos en que consiste. Y si por casualidad la alcanzamos, es por nosotros mismos.-

Nuestros comportamientos nerviosos imitan los de los animales. En el hombre, las reacciones nerviosas de este género conducen a los estados patológicos y sin futuro del infantilismo en general, público y privado…Cuanto más desarrollada técnicamente es una nación o una raza, más tiende su sistema a volverse cruel, despiadado, depredador y comercializado…Todo esto porque continuamos pensando como los animales y no hemos aprendido a pensar sustancialmente como seres humanos.-

En este sentido abundan los espíritus esclarecidos. Pero antes de querer convertirse en superhombre, sería necesario aprender a volverse hombre: el 80% de nuestro cerebro no funciona, silent zone como decía Einstein.-

¿Y entonces?

Debemos “depurar las puertas de la percepción”. En la exploración del vasto y misterioso universo de las potencialidades humanas, los grandes artistas, los visionarios, algunos místicos, se han comportado como pioneros… Adonde ellos han llegado, otros pueden seguirlos. Todos disponemos, en potencia, de facultades ilimitadas… Los modos de conciencia diferentes de la conciencia despierta normal (esos estados de realidad no corrientes de los que habla don Juan, el hechicero yaqui iniciador de Castaneda) están al alcance de cualquiera que sepa aplicar los estímulos requeridos. No tenemos más que abrir una brecha en el muro de nuestra visión habitual y mirar en derredor con “otra manera de ver, que está al alcance de todos los hombres, pero de la que muy pocos se sirven”.-

Disipar la bruma mental, atravesar la niebla que oculta la riqueza infinita de la realidad, aguzar nuestros cinco sentidos para descubrir otros tantos… Mucho se habla de libertad, pero ¿quién es libre? ¿libre de qué?

¿De ser o de parecer?

No. Para “ver” es preciso aprender a mirar el mundo de otra manera… Deja que cada uno de tus actos se convierta en tu última batalla sobre la tierra. Tan sólo en esas condiciones tus actos tendrán pleno poder. Si no, por mucho que vivas seguirán siendo los actos de un tímido… El miedo nos impide examinar y explotar lo que nos toca en suerte en tanto que hombres.-
Para la conciencia llamada normal, las cosas son vistas de a acuerdo a sus rótulos verbales. Un árbol es un árbol; hermoso ejemplo de homogeneización. Ahora bien, biológicamente, lo que tiende a lo homogéneo va hacia el estado de muerte; lo que tiende a lo heterogéneo va hacia la diferenciación, hacia la vida. En toda la creación no hay un árbol semejante a otro. Aún viniendo de una misma familia o especie, difieren. Están vivos. Nuestra manera de considerarlos, de definirlos, mata el espíritu. Huele a muerte.-

Me aproximo a un árbol, a una flor, a una hoja. Una creación original se despliega ante mis ojos. Y si en ese instante duplico mi vista con un microscopio o un aparato Kirlian, mucho más es lo que ocurre. El árbol ha desaparecido, existe un flujo de vida, un movimiento…
Pero no es necesario un microscopio para ver. Infinitas circunvoluciones y asperezas de la corteza, la propia madera, los ríos de savia… Insectos, crisálidas, raíces, tierras, aguas…

Árbol, ¿dónde estás?

Los ojos de las abejas y las moscas pueden recibir más de doscientas impresiones diferentes por segundo, o sea diez veces más que los ojos humanos. ¿Cómo ven ellas al árbol o a la flor?
La relatividad no se limita a la fórmula E= mc; la energía, o frecuencia de las vibraciones, igual a la masa multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado. ¿Definición del cosmos? ¿Microcosmos o Macrocosmos? El árbol también es relativo como todo lo demás. Absolutamente todo lo demás, comprendidos nosotros mismos.-

“Una rosa es una rosa únicamente porque el hombre la definió como tal; sin el hombre, no sería más que un esquema de torbellinos de energía”.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario