domingo, 5 de abril de 2009

ELVIAJE INTERIOR...


Conciencia de los sentidos

Una vez logrado el asiento correcto y la amplia respiración controlada, es necesario tomar conciencia del cuerpo entero. No soñar, estar allí, simplemente allí; los ojos, puestos en un punto aproximadamente a un metro frente a uno, miran; los oídos escuchan los diversos ruidos del ambiente; la nariz siente pasar, entrar y salir el aire; la lengua está colocada contra el paladar y los dientes, la boca cerrada. Pero la conciencia de la respiración sigue siendo lo más importante. Sumergirse en ella.-
En la vida cotidiana, una forma fácil de meditación es la toma de conciencia de los sonidos, de lo que se ve, de lo que se huele, se saborea. Cuánta gente anda por la calle perdida en su imaginario, sus problemas, su mente. Hay que cortar esto y saber ser conciente de cuanto sucede a nuestro alrededor, del juego de la vida que, según las palabras de Shakespeare, es un teatro donde los seres humanos son los actores.-
No juzgar, no criticar, ser simplemente testigos, ¡es un verdadero descubrimiento! Y cuántas cosas hablan entonces: una mirada, una escena, un movimiento, una actitud, una silueta, un rostro, un detalle, una forma, una textura, la mímica de los demás, casi se podrían leer sus estados de ánimo, y la arquitectura de las casas, el gato en la ventana, y todo cuanto hace el sistema de sociedad en el que vivimos.-
A veces es gracioso, a veces triste, a veces simplemente eso, pero siempre es rico en enseñanzas y muy interesante.-
Todo es signo.-

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