¿Quién de vosotros con sus preocupaciones puede añadir a su estatura un solo codo?
No os preocupeís pues, diciendo: ¿Qué comeremos, qué beberemos, o qué vestiremos?
No os inquietéis pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástale a cada día su afán.-
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