lunes, 13 de abril de 2009

RELATOS DE DERVICHES...

El anfitrión y los invitados

El maestro es como el anfitrión en su casa. Sus invitados son aquellos que están trantado de estudiar el Camino. Éstos son individuos que nunca han estado antes en una casa y sólo tienen vagas ideas de cómo puede ser una casa. Sin embargo, ella existe.-

Cuando los invitados entran a la casa y ven el lugar reservado para sentarse, preguntan: ¿Qué es esto? Se les dice: -Éste es el lugar donde nos sentamos.-

De modo que se sientan en sillas, sólo vagamente conscientes de la función de éstas. El anfitrión los agasaja, pero continúan haciendo preguntas, algunas fuera de lugar. Como buen anfitrión, no los culpa por esto. Quieren saber, por ejemplo, dónde y cuándo comerán. No saben que nadie está solo, y que en ese preciso momento hay otras personas que están cocinando la comida y que hay otro cuarto donde se sentarán a comer. Como no pueden ver la comida ni su preparación, se sienten confusos, quizás con dudas, a veces incómodos.-

El buen anfitrión, conociendo los problemas de los invitados, debe tranquilizarlos, de modo que puedan disfrutar de la comida cuando ésta llegue. Al principio no se encuentran, en modo alguno, en condiciones de acercarse a la comida.-

Algunos de los invitados son más rápidos en comprender y relacionar una cosa de la casa con otra. Son los que pueden comunicar esto a sus amigos más lentos. El anfitrión, mientras tanto, da a cada invitado una respuesta, de acueerdo con su capacidad para percibir la unidad y la función de la casa.-

No es suficiente que una casa exista, que haya sido preparada para recibir invitados, que el anfitrión esté presente. Alguien debe ejercer activamente la función de anfitrión, para que los desconocidos -que son los invitados, y de los cuales el anfitrión es responsable- se puedan ir acostumbrando a la casa. Al principio, muchos no se dan cuenta que son invitados, o mejor dicho, qué significa exactamente ser un invitado: lo que ellos pueden llevar a la casa, lo que ésta puede darles.-

El invitado con experiencia, que ha aprendido acerca de casas y hospitalidad, se siente finalmente cómodo en su condición de invitado, y entonces está en situación de entender más acerca de casas y de las múltiples facetas de vivir en ellas. Mientras continúe tratando de entender lo que es una casa o intentando recordar reglas de etiqueta, su atención estará demasiado ocupada por estos factores como para poder observar, digamos, la belleza, valor o función del moblaje.-

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