Lo que no le gustaba al Maestro de los "activistas sociales" era que buscaban la reforma, no la revolución.
Y solía narrar este cuento:
Érase una vez un rey muy sabio
y bondadoso que, al enterarse de
que había una serie de personas
inocentes en las mazmorras de su
prisión, mandó construir otra
prisión más confortable para
aquellas personas inocentes.-
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