lunes, 18 de junio de 2018

Paciencia

El hombre sabio hace de la paciencia, un credo al que respeta y venera.

El hombre necio hace de la impaciencia un culto al que rinde tributo.

El hombre sabio domina con maestría el arte de la paciencia, ya que danza al compás de la melodía sublime de la existencia.

El hombre necio se deja carcomer por la ansiedad, irreverente e impotente, lacera la sutil armonía existencial.

La infinita paciencia del hombre sabio le permite obtener réditos inmediatos.

La desmesurada impaciencia del hombre necio le asegura posponer todos sus logros.

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