jueves, 2 de abril de 2009
RELATOS DE DERVICHES...
Dónde se inicia
Cierto maestro sufí y uno de sus discípulos recorrían a pie un camino de campo. El discípulo le dijo:
-Sé que el mejor día de mi vida fue aquel en que decidí buscarte y descubrí que a tu lado me encontraría a mí mismo.-
El Sufí dijo: -La decisión, para apoyo o para oposición, es algo que no conoces hasta que conoces. No la conoces por el hecho de pensar que la conoces.-
El discípulo comentó: -El sentido de tus palabras me resulta oscuro, tu afirmación es confusa para mí y tu intención se me escapa.-
El maestro dijo: -Dentro de unos instantes podrás ver algo acerca de la decisión y de quién la toma.-
Poco después, el Sufí y su discípulo arribaron a una pradera donde un campesino se entretenía con un perro arrojando un palo para que lo buscara.-
El Sufí dijo: -Voy a contar hasta cinco, entonces ese hombre le lanzará tres palos al perro.-
Y así fue. Cuando el Sufí hubo contado cinco, el campesino alzó del suelo tres palos y los arrojó al perro, a pesar de que hombre y perro se hallaban a una distancia en que no podían oír al Sufí y a su discípulo, y el campesino no los había visto.-
Entonces el Sufí dijo: -Contaré hasta tres y el hombre se sentará.-
Apenas el Sufí hubo contado hasta tres, el campesino se sentó en el suelo.-
El discípulo, que no cabía en sí de asombro, preguntó: -¿Podrías inducirlo a que alce los brazos?
Apenas el Sufí asintió con un movimiento de cabeza, el campesino alzó sus dos manos hacia el cielo.-
Elm discípulo se mostró maravillado.-
El Sufí dijo: -Acerquémonos para hablar con él.-
Después de saludar al trabajador, el Sufí le dijo: -¿Porque le arrojaste al perro tres palos, en lugar de uno, con el fin de que te los trajera?
Esta fue la respuesta del hombre: -Decidí probar si él podía seguir el trayecto de tres palos en lugar del de uno.-
-¿Esa fue decisión tuya?-
-Sí. Nadie me mandó hacerlo.-
-¿Y porqué -prosiguió el Sufí- te sentaste tan repentinamente?.-
-Porque se me ocurrió descansar.-
-¿Alguien te lo sugirió?.-
-No había nadie aquí que pudiese sugerírmelo.-
-Y cuando llevaste las manos hacia el cielo, ¿por qué lo hiciste?.-
-Porque decidí que seguir sentado en el suelo era una holgazanería, y me pareció que levantando las manos hacia el cielo indicaría que debía trabajar en lugar de descansar y que la inspiración de sobreponerme a la pereza me llegaba desde las alturas.-
-¿También esa fue un decisión exclusivamente tuya?.-
-Así es. No había nadie que pudiese tomar la decisión por mí; además, esa acción fue la consecuencia de mi acción anterior.-
El Sufí se volvió ahora hacia el discípulo y le dijo: -Antes de esta experiencia tú me decías que te sentías dichoso de haber tomado ciertas decisiones, como la de buscarme.-
El discípulo se mantuvo en silencio. El campesino, en cambio, prorrunpió: -Yo conozco a los derviches. Lo que buscas es impresionar con tus facultades a este desventurado muchacho, pero eso sin duda una superchería.-
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