martes, 5 de mayo de 2009

EL VIAJE INTERIOR...


La tradición india

Nadie puede decir si el yoga y sus múltiples vías es anterior a la llegada de los arios a la India, o si por el contrario representa el florecimiento de esta civilización védica, una de las más ricas de la historia. El origen de las diversas prácticas del yoga y su sistema filosófico permanece desconocido, pero en vista de la estatuaria que ha llegado hasta nosotros, se remonta al menos al III milenio antes de nuestra era, lo que prueba un grado de evolución espiritual sin igual en las civilizaciones conocidas de nuestra historia. El yoga, que a partir del siglo anterior se ha difundido ampliamente en Occidente bajo su forma de gimnasia para sentirse mejor, se propone en realidad como una ciencia de la Liberación.-
La palabra viene de la raíz sánscrita Yuj, que significa "enganchar por medio del yugo", "juntar", "unir". Su verdadero sentido concierne tanto al dominio de la psiquis, de los sentidos y de las pasiones que es preciso disciplinar cual fogozos caballos unidos a un carro, como al aspecto más propiamente religioso tocante a la unión del ser individual con el principio, el Sí supremo. A diferencia de la mayoría de los sistemas espirituales, el yoga no es únicamente una teoría cosmogónica fundada sobre un ritual coronado por una fe; ante todo es un sistema práctico de despertar a sí, implica una realización efectiva del fin, que es el descubrimiento de lo divino y la superación de sí mismo. No es especulación sobre la sabiduría sino voluntad de saber. No entraremos aquí en una explicación de las bases doctrinales y cosmógonicas del hinduismo, sino que nos contentaremos, al igual que para los demás escritos, con señalar los principios de algunas prácticas de meditación. El yoga es el primer sistema espiritual que parte del cuerpo para realizar el ser supremo en sí. En esto, es digno de un inmenso respeto, pues ¿no es acaso en ese mismo cuerpo que vivimos, sentimos, comprendemos, conocemos, descubrimos, creamos, amamos y morimos?

Las facultades del cuerpo

Para el yoga existen trece sentidos o instrumentos del cuerpo, comparados a tres centinelas y a diez puertas, cinco entradas (facultades sensoriales), y cinco salidas (facultades de acción), a saber:
- cinco "facultades cognoscitivas": el oído, el tacto, la vista, el gusto, el olfato, asentándose en los respectivos órganos correspondientes: los oídos, la piel, los ojos, la lengua y la nariz;
- cinco "facultades de acción": la palabra, la aprehensión, la locomoción, la excreción y la generación, teniendo su asiento en los respectivos órganos correspondientes: la voz, las manos, los pies, el ano y el sexo;
- el manas, undécima facultad, que es la facultad cervical. Coordina y dirige tanto las facultades sensoriales como las de la acción, teniendo un papel centralizador.-
El manas forma, conjuntamente con la noción del "yo" y el intelecto (los tres centinelas), lo que se llama el "sentido interior", por contraposición a los diez primeros indriya que son "sentidos externos".-
Hay cuatro disposiciones fundamentales, inherentes al intelecto (Buddhi), y ellas son: la rectitud, el conocimiento, el desprendimiento y el poder. Estas disposiciones constituyen "la forma luminosa del Intelecto", manifestadas cuando el guna sattva vence a rajas y tamas; y las disposiciones contrarias -a saber: el mal, la ignorancia, el apego y la impotencia- son la "forma oscura del Intelecto", resultado de la inhibición de sattva por rajas y tamas.-
Las tres modalidades o tendencias (gunas) que gobiernan al hombre son las siguientes:
El guna sattva tiende a la iluminación, a la manifestación conciente: Psicológicamente se traduce como comprensión, alegría y paz; físicamente como agilidad y pureza.-
El guna rajas engendra la actividad y el movimiento. Factor de energía, está en la base de todo esfuerzo y labor, así como de la agitación y de la inestabilidad, hallándose a menudo asociado al sufrimiento. El sufrimiento, la necesidad, la carencia, incitan al esfuerzo, y todo esfuerzo va siempre acompañado de una cierta pena o sensación de dificultad.-
El guna tamas es el factor de resistencia y obstrucción, tanto a la luz de la comprensión (sattva) como al dinamismo del movimiento (rajas). Objetivamente se manifiesta como pesadez, densidad, oscuridad, inercia; subjetivamente, como apatía, indiferencia, oscuridad o inconciencia.-
Sattva tiene como función revelar la esencia (sat) de algo; tamas de oponerse a esta revelación; rajas es la fuerza por medio de la cual los obstáculos son superados y la forma esencial se manifiesta.-
Todos los sentidos, facultades y tendencias crean la acción, y por tanto el destino, el karma, y efectos diversos. Si bebo demasiado, estaré ebrio; si como con moderación estaré bien; si actúo de manera irreflexiva, me arriesgo a un accidente o a tener problemas en cualquier situación, etc. Es el ininterrumpido ciclo de los actos y sus consecuencias; porque cada pensamiento, cada gesto, cada palabra, genera acción, reacción y experiencia al nivel que sea, y este movimiento continuo crea el samsara, la ronda de la existencia. Ronda que los hinduistas tomaron del ciclo de las reencarnaciones, pues para ellos el principio sutil del cuerpo busca su verdad (divina) incluso más allá de la muerte, y vuelve sin cesar a formar parte de nuevas matrices, reviste nuevos cuerpos, para encontrarla y fundirse en ella; en este cuerpo sutil están almacenadas todas las experiencias pasadas, que de este modo le permiten avanzar en la búsqueda del viaje postrero (pues todo existe en virtud de otra cosa), liberándose progresivamente, existencia tras existencia, del gran velo de la ilusión que oculta, aquí también, la verdadera Realidad a nuestro ser. El yoga pretende ser el sistema clave para lograr quebrar esa cadena infernal, esa rueda del sufrimiento, y hacer que el adepto descubra la liberación.-
He aquí la esencia de la reencarnación: con la muerte, nuestro cuerpo se descompone, se transforma en polvo, en agregados de átomos que toman su sitio en el cielo de la naturaleza. ¿Qué se hace nuestra conciencia? ¿Nuestro espíritu? ¿Cómo se transforma? Nada sabemos de ello. ¿Permanece en germen? ¿Se lo vuelve a encontrar solamente en la descendencia? Esto queda en los dominos del misterio, aun cuando la mayoría de las religiones hayan admitido la supervivencia de un cuerpo sutil, el alma. Mas esto es cuestión de fe, de intuición personal.-
En estos escritos consideramos el principio de la reencarnación bajo el punto de vista siguiente: cada día es un nuevo día. Nuestro cuerpo se modifica sin cesar, imperceptible pero infaliblemente. Nuestra experiencia se acrecienta sin descanso, como nuestra edad; y entre los hombres normales, la conciencia ha de evolucionar al cabo del tiempo.-
Consideremos pues cada noche de sueño como una muerte, cada despertar como un nacimiento. Nunca uno se mira dos veces al espejo de la misma manera, así como jamás uno se baña dos veces en el mismo río. Todo cambia, todo es impermanencia. Visto de este modo, el yoga, y sus múltiples ramificaciones, son un sistema efectivo de liberación de las angustias cotidianas y un aprendizaje de la serenidad.-

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