martes, 5 de mayo de 2009

RELATOS DE DERVICHES...


Guepardos y awarts

Cierto hombre había leído libros sobre el Camino Sufí. Al cabo de un tiempo se dijo: "Esta lectura es inútil. Debo encontrar quien me enseñe con métodos directos", y se presentó al hombre que, según le habían dicho, era el Maestro de la Época, conocido como Gilgun.-

Gilgun lo recibió bondadosamente y le preguntó por qué había venido sin escribirle antes.-

-Estoy cansado de leer y escribir -dijo el estudiante-, quiero algo real.-

-Muy bien -le respondió Gilgun-, te enseñaré la relación entre realidad y realidad relativa.-

Ordenó que se trajese a la habitación un guepardo, es decir, uno de esos animales de presa, parecidos al leopardo, que se usan, debidamente adiestrados, para la caza de animales salvajes. Una vez que el guepardo hubo aparecido, dijo: -¿Por qué no tienes miedo de este animal?.-

El estudiante respondió: -Porque he leído que los guepardos son inofensivos con los seres humanos.-

-Sin embargo -expresó Gilgun-, tuvimos un hombre aquí hace unos días que ignoraba eso y cuando entró el guepardo, huyó alarmado. Fue una lástima, porque eso le impidió gozar de las ventajas que proporcionan estos animales. Por lo tanto, la lectura te ha sido útil, estés o no cansado de ella.-

Luego Gilgun agregó: -¿Has leído algo acerca de los awarts?.-

-No -respondió el interrogado-. Ignoro que puede ser un awart.-

-Llamen al awart -dijo Gilgun.-

En aquel instante entró impetuosamente un ser espantoso. Su forma era la de un hombre, pero tenía la cara y el cuerpo lleno de rayas y una cabeza horrible. El aspirante a discípulo se acurrucó en un rincón, aterrorizado.-

-¡Que salga este hombre de aquí, y no lo dejen entrar nunca más! -ordenó el Maestro de la Época-, pues busca experiencia real, pero es incapaz de darse cuenta de awart es el nombre de un hombre que tiene el cuerpo pintado y una máscara puesta

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